martes, 3 de septiembre de 2019

Fuego rojo



Debo reconocer que el Geranio nunca estuvo entre mis plantas predilectas, quizá debido a que de pequeño descubrí por la afición de mis abuelos a ellos que fácilmente contraen enfermedades, ataques de hongos o plagas de diferentes bichos, o ese el el recuerdo que me quedó.

Pero las cosas cambiaron cuando una persona a la que amé profundamente me regaló uno de la variedad "Rojo fuego". Lo encontró en liquidación y 1€ fue lo que pagó por él.

Lo acogí agradecido y lo cuidé con esmero, creció sano y a cambio pronto empezó a dar hermosas y vistosas flores vistiendo el entorno de alegres notas de color.

Hace tiempo que no sé nada de la persona que me lo regaló, pero su geranio ocupa un lugar preferente entre las demás flores igual que su recuerdo intacto en mi corazón.

La belleza no tiene precio, pero nunca vi tanta belleza por tan poco precio.

Y es que cuando miramos con amor, la belleza de las cosas salta a la vista.



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