domingo, 29 de septiembre de 2019

Koyaanisqatsi



Koyaanisqatsi es una palabra del pueblo nativo Norte Americano Hopi que significa "Vivir fuera de balance".

Y es que a veces la vida, por circunstancias, se entesta en dibujar un horizonte oscuro, inquietante y amenazante que nos sumerge en un estado de angustia, desasosiego e intranquilidad permanentes.

Salir de ese estado negativo y tóxico a veces cuesta, pero debemos luchar para liberarnos las cadenas que nos atan a él y llegar a ver que donde había tinieblas y amenazante oscuridad hay un mundo de colores, paz y belleza, lleno de oportunidades y en ello estoy.

Porque como dijo la escritora argentina Alejandra Pizarnik, es imposible vivir siempre en un estado de catástrofe.

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viernes, 27 de septiembre de 2019

Romance de Otoño



Encontré esta amorosa pareja entregada a la pasión entre los colores de Otoño que dibujan las hojas de la higuera.

Al Otoño callado, con su poesía, con sus tonos incendiarios, con sus días de lluvia tras los cristales, con un sol que ya no abrasa y que permite la brisa fresca como una caricia donde la vida se desnuda, lo siento como el tiempo hecho romanticismo.

Sé que hasta del alma caen hojas en Otoño porque evoca los días que se fueron y los que nunca vendrán, pero también siento que tras esa bruma de melancolía el corazón late con cada hoja marchita y caída. Y es en esa contradicción donde se refuerza el sentimiento.

Quizá penséis que es una frivolidad, o algo peor, relacionar la cópula de las moscas con el sentir que nos envuelve en esta época y puede que tengáis razón.

Pero como la forma y la belleza de un Mandala simbolizan la eternidad, ellas perpetúan la vida entre la muerte de las hojas.

Es el ciclo de la vida.

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miércoles, 25 de septiembre de 2019

Mater amatissima



Entre dos hojas de buganvilla, esta bonita araña decidió construir su nido.

Custodiaba los huevos que entre finos hilos había depositado y solo salía ante una posible amenaza para, como buena madre, proteger su puesta.

Al acercarme y verla salir comprendí que yo suponía una amenaza, así que sin ánimos de molestarla le hice una foto y me fui.

Después la vida siguió su curso.

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lunes, 23 de septiembre de 2019

El canto del Mirlo



Un día cualquiera. El sonido de hojas pisadas me advierte de la presencia de alguien. 

No hay motivo de alarma, sé que se trata de un Mirlo que entre la hojarasca y de forma ruidosa busca alimento. Se desplaza a saltitos, remueve y escarba entre las hojas en busca de insectos y entre batida y batida alza la cabeza para inspeccionar el entorno mostrando su elegante posado erguido. Es entonces cuando aprovecho y con un clic lo inmortalizo.

No solo se alimentan de insectos los mirlos; de hecho como aves omnívoras que son no desprecian las frutas. Doy fe de que las fresas, los nísperos y las cerezas les encantan y en cuanto están maduros, dan buena cuenta de ellos. Pero lejos de molestarme, encantado estoy de que los frutos les sirvan de sustento. 

En la época de nidificación es cuando más se nota su presencia por el característico reclamo de su canto de cortejo, sus posteriores idas y venidas en busca de ramitas para la construcción del nido, su canto estridente e intimidatorio y comportamiento agresivo si algún otro pájaro se aventura en su territorio. De hecho se muestran muy territorales, no soportan la presencia de otros pájaros en el entorno.

Son aves monógamas, hasta la muerte de uno de los componentes de la pareja. Las puestas suelen ser de cuatro a seis huevos y los pollos abandonan el nido a los quince días, aún sin saber volar, pero sus padres les seguirán alimentando hasta que se puedan valer por sí mismos.

Su canto, aflautado y melódico, es considerado uno de los más bellos. Poseen un gran repertorio, variaciones melódicas y capacidad para improvisar. Incluso algunas subespecies son capaces de imitar el canto de otros pájaros, la voz humana, el maullido de los gatos o el sonido de una alarma.

Es al amanecer o al atardecer cuando más se les puede oír cantar, tiñendo esos momentos de melancolía y casi no se me ocurre mejor compañía.

Aún recuerdo la primera vez que anidaron en casa. Con la ayuda de una escalera me encaramaba al nido para ver si estaban bien los pollos.

Me gusta pensar que los que siguen viniendo son hijos, de los hijos de los hijos... de aquella primera hermosa pareja.

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sábado, 21 de septiembre de 2019

Vestida de otoño



Como anunciando el venidero cambio de estación, llegó esta hermosa mariposa portando los colores de otoño.

La mariposa se irá y las hojas caerán. 
Pero quedarán las raíces y las ramas.
Las raíces para no olvidar lo que fuimos.
Y las ramas para construir de nuevo el nido.
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"Aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelva escarcha."

Mario Benedetti.

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jueves, 19 de septiembre de 2019

Dos soles



Que los cactus ocupan un lugar preferente entre mis plantas predilectas algun@s lo sabéis, me he referido a ello algunas veces.

Me fascina su diseño evolutivo que los ha llevado a tener una gran capacidad adaptativa a climas rigurosos y la gran variedad que existe. Con espinas y/o pelos, cilíndricos, esféricos, en forma de piedra, otros que se desarrollan en forma de matorral, de gran tamaño, pequeños... pero todos con la misma característica: resistentes.

Pero lo que más me sorprende ellos es su capacidad de generar flores, algunas especialmente bellas. Me parece casi mentira que de algo tan rudo, tan agreste, puedan surgir flores. Y no sólo eso. Sus flores buscan la luz y cuando la encuentran, se abren a ella. Como en el caso de este cactus, sus flores en forma de corona al ver el sol se abren y llegado el ocaso se vuelven a cerrar, esperando un nuevo día. Y así día tras día, hasta que el intenso sol del verano afloja y un nuevo ciclo hará que sus flores caigan y llegado el momento volverán a brotar otras.
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martes, 17 de septiembre de 2019

Mariposa del aire



Entre flor y flor
Descansa mariposa
Sobre la hoja.

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¿Puede haber algo más delicado que las alas de una mariposa descansando sobre una hoja mecida por la brisa?

Pocas cosas me lo parecieron cuando aprovechando un claro de luz que se filtraba, esta bella mariposa se posó sobre la hoja.

Hay instantes que producen como una especie de ensoñación y aún sabedor de que son fugaces, quisieras que no desaparecieran.

Yo no lo sé describir en palabras, pero Lorca debió sentir algo parecido y así lo expresó en su poema:

"Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
Luz del candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!
No te quieres parar,
pararte no quieres.

Mariposa del aire,
dorada y verde.
Luz del candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?"

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domingo, 15 de septiembre de 2019

Natsukashii



Salvo los días de lluvia o de inminente amenaza de tormenta en los que un impenetrable silencio envuelve la casa, suelo amanecer con el hermoso canto de los pájaros.

Ese regalo para los oídos a veces viene acompañado por un regalo para la vista por la presencia de algún hermoso pajarillo, como la de este que ilustra la entrada.

Se trata de un "Parus major", comúnmente conocido como "Carbonero común". De unos 14 centímetros y apenas 15 gramos de peso, presenta un bonito plumaje amarillo y negro con tonos verde-azulados en las alas y en la cola y una mancha blanca sobre las mejillas. Una franja negra cruza su pecho, más marcada en los machos.

Sus reclamos son muy característicos por sus repetitivas tres notas y su bello canto consta de más de 30 notas, alegrando el entorno donde se encuentra.

Anida entre abril a junio, y suele hacerlo en oquedades de los árboles o muros, taludes o grietas en las rocas, constando sus puestas entre seis y ocho huevos.

Existe una hermosa palabra en japonés que no tiene traducción al castellano y que describe la emoción de sentir nostalgia por algo pero acompañada de felicidad al evocar su recuerdo.

Eso es lo que siento cuando evoco esta imagen, las circunstancias que la acompañan me producen un sentimiento de triste nostalgia por el recuerdo de un tiempo vivido que se fue pero al mismo tiempo de felicidad por haberlo vivido.

La palabra que lo describe es "NATSUKASHII".

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viernes, 13 de septiembre de 2019

Ocho ojos ven más que dos



La araña saltadora pertenece a la gran familia de los saltícidos compuesta por más de 600 géneros y más de 6000 especies descritas.

Son pequeñas, de unos pocos milímetros, de hábitos generalmente diurnos, no construyen telarañas, son excelentes cazadoras, presentan miles de pequeños pelos escamosos e iridiscentes que les permite subir por cualquier superficie, poseen una amplia de colores y patrones siendo los machos más vistosos y entre otras asombrosas facultades de las que hablaré en otra entrada, poseen una excelente y evolucionada visión.

Con cuatro pares de ojos distribuidos en tres filas, cuatro de ellos se orientan frontalmente y el resto le proporcionan una visión de 360º, con lo que en todo momento puede ver lo que tienen detrás.

De los cuatro ojos que tienen en la parte frontal, dos de ellos son especialmente grandes con un complejo sistema de visión basado en una retina compuesta de varias capas sensibles a diferentes longitud de onda y en la que se proyectan imágenes enfocadas y desenfocadas, lo que les permite enfocar y calcular a la perfección las distancias.

Es por ello que estoy convencido de que esta pequeñina perfectamente me vio aproximarme con la cámara, pero lejos de huir, me ofreció su hipnótica y fascinante mirada, no sé si con intención de emular a Medusa de la mitología griega, jaja

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miércoles, 11 de septiembre de 2019

Mau



Mau es el nombre de este hermoso e imponente ejemplar de gato.

En sus cotidianos garbeos suele aparecer por casa. Disfruto de su presencia y me gusta referirme a él como "el guardián", ya que con su implacable instinto cazador a buen seguro mantiene a raya roedores u otras alimañas.

No le importó posar para que su buena labor quedara documentada en esta entrada, ofreciéndome su afilada y bella mirada felina.

Tampoco le importó a Ainoa, su amable y risueña propietaria y vecina de al lado. Quedó encantada cuando le mostré la foto no pudiendo evitar, con una gran sonrisa y la mirada radiante, sentirse orgullosa de su lindo gatito :))

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lunes, 9 de septiembre de 2019

Una mierda de caracol



Entre los meses de abril y octubre, si la lluvia acompaña, es probable que podamos ver caracoles en sus actividades cotidianas, como éste que pillé en un momento de intimidad. Ya lo dice el refrán, "Agua y sol, tiempo de caracol". El resto del año, durante los meses más fríos, se retrae en su concha e hiberna.

Obviando el título de la entrada, que más adelante explicaré, el caracol me parece una criatura fascinante. Su lento movimiento por contracciones musculares, la producción de baba para autoayudarse en el desplazamiento, como regulador térmico y como repelente de insectos potencialmente peligrosos, su característica hermafrodita, su complejo ritual de apareamiento, sus ojos formados por tentáculos retráctiles que le permiten ver en cualquier dirección y su concha, que aparte de albergar la mayoría de órganos vitales le sirve de protección contra sus depredadores.

La concha, a menudo con fantásticos diseños en espiral y normalmente en sentido horario, crece con ellos. Compuesta básicamente de mineral de calcio, tiene capacidad constante de regenerarse de las erosiones y roturas, pero lo que más me sorprende es que durante su desarrollo cumple con la famosa sucesión de Fibonacci, tan presente en los patrones de la naturaleza, pura matemática.

Como decía al inicio, en los días de lluvia no es raro que se cuele alguno despistado en casa. Hubo un tiempo en el que conocí a una maravillosa mujer a la que amé con todo mi amor. A ella no le gustaban los caracoles porque de pequeña la habían obligado por la fuerza a comer un guiso de ellos y los aborreció, nunca pudo borrar ese mal recuerdo, los detestaba.

Adoraba los días de lluvia y pasábamos maravillosos momentos juntos observando cómo caía refugiados tras los cristales, pero conocedora de que se podía colar alguno en casa, cuando íbamos a dormir siempre miraba debajo de la cama por si acaso, y en el caso de que hubiera alguno, cosa que pasó alguna vez, me instaba a retirarlo de ipso facto y sin excusas.

Si ella viera esta fotografía, seguro que pensaría "vaya mierda de caracol", jaja

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sábado, 7 de septiembre de 2019

Los días de lluvia



Los días de lluvia son días en los que a menudo un sentimiento de melancolía nos posee. Evocamos lo que perdimos en la triste certeza de que nunca más lo podremos vivir.

A veces pienso en la vida como un conjunto de recuerdos atrapados en gotas de lluvia, tan resbaladiza y tan efímera que al darnos cuenta se nos ha escurrido entre los dedos.

Dicen que somos nuestros recuerdos, pero si así es me gustaría poder elegirlos, porque al fin y al cabo, tanto la lluvia como los recuerdos tienen el poder de poner más juntos a los que están juntos, más lejos a los que están lejos, y más solos a los que están solos.

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jueves, 5 de septiembre de 2019

Las laboriosas hormigas



Se calcula que pueden haber algo así como diez mil BILLONES de hormigas viviendo en la tierra, casi nada...

Es la familia de insectos que más se ha extendido, colonizando prácticamente todos los biotopos terrestres. Su éxito evolutivo se debe a su compleja organización social, su capacidad para modificar hábitats, al aprovechamiento de recursos y a su capacidad defensiva. No falta su cita en la cultura popular en forma de refranes, cuentos o narrativa donde a menudo es puesta como ejemplo paradigmático a seguir.

El escritor japonés Haruki Murakami, en su libro "Tokio Blues", hacía referencia a ello de una manera que me parece hermosa:

"-¿Qué deben de hacer las hormigas los días de lluvia?- preguntó Midori.
-No lo sé-dije-. Tal vez hagan la limpieza del hormiguero u ordenen la despensa. Porque las hormigas son muy trabajadoras."

Yo sé que son laboriosas porque las veo trajinar constantemente en los árboles del jardín.

Y también sé que la soledad de una persona se puede medir por el tiempo que pasa observando las hormigas.













martes, 3 de septiembre de 2019

Fuego rojo



Debo reconocer que el Geranio nunca estuvo entre mis plantas predilectas, quizá debido a que de pequeño descubrí por la afición de mis abuelos a ellos que fácilmente contraen enfermedades, ataques de hongos o plagas de diferentes bichos, o ese el el recuerdo que me quedó.

Pero las cosas cambiaron cuando una persona a la que amé profundamente me regaló uno de la variedad "Rojo fuego". Lo encontró en liquidación y 1€ fue lo que pagó por él.

Lo acogí agradecido y lo cuidé con esmero, creció sano y a cambio pronto empezó a dar hermosas y vistosas flores vistiendo el entorno de alegres notas de color.

Hace tiempo que no sé nada de la persona que me lo regaló, pero su geranio ocupa un lugar preferente entre las demás flores igual que su recuerdo intacto en mi corazón.

La belleza no tiene precio, pero nunca vi tanta belleza por tan poco precio.

Y es que cuando miramos con amor, la belleza de las cosas salta a la vista.



domingo, 1 de septiembre de 2019

Metamorfosis



Como en todo viaje, supongo que lo importante es volver.

Hace tres meses y medio partía en mi coche y, cosas de la vida, he vuelto sin él; decidí que no lo necesitaba. No es lo único que he dejado atrás. Atrás dejé sueños, ilusiones y amor, un amor por el que viví y por el que desviví, un amor que como un sol iluminó mis días y como un faro mis noches, un amor cegado por la llama de la pasión que el tiempo logró desvanecer.

Alguien dijo que nunca vuelve quien se fue, aunque regrese. Quizá yo no sea el mismo, quizá como en una metamorfosis continua en la vida todo son etapas a las que nos debemos adaptar. Me gustaría pensar que esas etapas tienen como fin la evolución personal, pero no estoy muy seguro de ello.

Sea como sea aquí estoy de nuevo para compartir mis penas y mis glorias. Gracias por esperarme y acompañarme por esta nueva andadura a los que lo tengáis a bien. Nada prometo ni nada auguro, mas que como siempre a través de las imágenes, los textos y la música, ser yo.


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En este tiempo de ausencia, no he estado creativamente muy activo, quizá lo necesitaba. He dedicado mi tiempo a mis hijos, a la lectura, al deporte y a la contemplación.

Al margen de ello, mi compañía han sido las plantas, las flores y los insectos de lo que llamo "mi pequeño jardín Zen", ese espacio que me aporta paz y en el que me deleito con la belleza de lo natural.

Como es el caso de esta hermosa criatura que en su metamorfosis llegó a ser una imponente mariposa, un ejemplar de "Podalirio", perteneciente a la familia de las de "cola de golondrina". Esta mariposa es de hábitos diurnos y es considerada por muchos como la más bella. También es la más grande, pudiendo alcanzar prácticamente los ocho centímetros.

En cada ala tiene un ocelo azulado con el contorno rojizo, y su función es defensiva, ya que sirve para centrar la atención de sus depredadores que creen que son sus ojos. Su vuelo es ligero y delicado, de una gran belleza.

En futuras entregas iré compartiendo fotografías mayoritariamente insectos, aunque también de plantas, flores, algún animal y aves que amablemente se han dejado retratar.

Espero que mi afición a la entomología no sea un vaticinio de lo que que le ocurrió a Gregorio Samsa en "La metamorfosis", aunque ahora que lo pienso, buena parte de nosotr@s tarde o temprano nos convertiremos en insectos, jaja