Bienvenidos al blog de fotografía Manel S.
En este espacio y a modo de diario personal comparto en forma de imágenes, textos y música aquello que vivo, aquello que siento, lo que me hace vivir y desvivir, lo que fue y cómo lo recuerdo para no olvidarlo.
Para cualquier comentario, sugerencia, duda o lo que sea, podéis escribirme a minimalabstract@gmail.com, encantado estaré de leeros.
De igual manera, si os reconocéis en una imagen y no lo deseáis, escribidme y lo solucionaremos :)
Quizá por ello he tenido un sueño muy plácido, el sonido de la lluvia al caer sobre los árboles me resulta sumamente relajante.
Por delante un día más de confinamiento.
Ducharme, informarme sobre la triste actualidad, hablar con mi madre y seres queridos, ir a comprar, cuidar las plantas, intentar hacer alguna fotografía, editar, atender correos, preparar la comida, comer, descansar, hacer ejercicio, leer, escuchar música, cenar, más música, más información, visitar los blogs amigos, más lectura y un rato de yoga antes de volver donde empecé el día.
Un día más vivo y con intención de aprovechar el tiempo de la mejor manera que pueda.
La calidad del aire ha subido a unos niveles nunca vistos debido a la caída drástica de la contaminación ambiental, algo positivo tenía que traer esta terrible desgracia que estamos viviendo.
Pero el virus tiene una especial predilección por los pulmones.
Así que respiremos, lo que podamos los que todavía podemos.
Aprovechemos la luz natural y el sol de nuestras ventanas, balcones o terrazas, mantengamos un estado de ánimo positivo, alimentémonos de manera saludable y hagamos ejercicio para mantener altas nuestras defensas, aprovechemos el tiempo para enriquecernos interiormente, valoremos las pequeñas cosas que la vida nos ofrece, seamos generosos, ayudemos a quien lo necesita y hagamos lo posible para detener las infecciones, seamos responsables y solidarios.
La pandemia pasará con un altísimo precio y deberemos aprender de ello, el mundo que conocíamos no volverá a ser el mismo.
Entre sombra y sol
bailan verde esmeralda
las hojas al alba.
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Hace unos meses rescaté una maceta con una planta moribunda que alguien había abandonado junto a un contenedor de basura en la calle.
Era una planta bulbosa, no estoy seguro de cual, quizá narcisos o alguna similar y pese a intentarlo no pude hacer nada para evitar que finalmente se apagara del todo.
Pero conservé los dos bulbos que tenía y los cuidé con la esperanza de que volvieran a brotar.
Y así fue.
Hoy los dos bulbos crecen haciéndose compañía y quizá no tarden en dar hermosas flores.
Pero den flores o no mi satisfacción es haberles dado la oportunidad de revivir cuando estaban sentenciados a morir.
Hay una leyenda japonesa que dice que antiguamente las flores del cerezo eran solo blancas, la leyenda de la flor de Sakura.
Durante la convulsa época Meiji se estableció una ley que prohibía a las mujeres casadas con samuráis en batalla que se vieran con hombres que no fueran de su propia familia. Si se probaba que su marido había muerto en combate eran libres de volverse a casar. Nunca se ejecutó a ninguna mujer por infringir esta ley, pero aparecieron muchas mujeres de samuráis muertas: Eran ellas las que se suicidaban con el nombre de su marido samurái caído en combate y lo hacían bajo un árbol de flor de cerezo que con la sangre que absorbía se fue tornando rosada.
La flor del cerezo era el emblema de lo samuráis, es el símbolo de su espíritu: "La flor del cerezo es como la vida de un samurái, bella y efímera".
Pero más allá de ello, el cerezo representa el nacimiento y transitoriedad de la vida. Brota en primavera, es verde en verano, en otoño va perdiendo sus hojas y queda desnudo en invierno para volver a iniciar el ciclo.
El espectáculo de los cerezos en flor es inmenso y disfrutar de él se denomina Hanami. La flor, como apuntaba, es bella y efímera, apenas dura unos días. Hay numerosos términos y expresiones japoneses relacionados con esta flor, mi preferido es Hana Fubuki.
Hana Fubuki significa lluvia de pétalos y es el clímax póstumo de la floración, cuando las delicadas flores ante una ligera brisa dejan caer sus pétalos provocando esa hermosísima lluvia a modo de copos de nieve y dejando la tierra con una capa blanca.
Este año, al igual que el jazmín, el cerezo de casa ha brotado antes. Y ahora, cuando la brisa lo acaricia, el espectáculo de la lluvia de pétalos es infinita.
Belleza, melancolía, emoción y gratitud, mucha gratitud.
En situaciones adversas siempre se puede hacer algo positivo, es hora de ponerlo en práctica.
Cuidémonos, reflexionemos, seamos responsables, generosos, unámonos, demos lo mejor de nosotros mismos. Cuidemos, protejamos y ayudemos a las personas más vulnerables.
Ayer amanecía el jazmín con su primera flor abierta, y desde ese momento y como si de una pugna se tratase por anunciar la llegada de la primavera las demás se van abriendo.
El año pasado no la abrió hasta el seis de abril, pero quizá debido a que este invierno ha sido el más cálido desde que hay registros con temperaturas de hasta 3,9ºC por encima de la media la floración se ha adelantado.
Bendito adelanto, con el despliegue de su belleza y la compañía de su intensa fragancia.
La Schlumbergera es una cactácea originaria de Brasil que florece durante los meses de invierno, especialmente de Noviembre a Enero y coincidiendo con la Navidad, de ahí que comúnmente se la conoce como Cactus de Navidad.
Es de porte colgante con tallos compuestos de segmentos con bordes dentados. De esos bordes brotan abundantes y vistosas flores acampanadas en forma de plumas.
Aún tratándose de un cactus lo cierto es que no se comporta como tal: No tiene espinas, no le gusta el sol directo ni las temperaturas extremas, prefiere la semisombra, temperaturas suaves y riego abundante.
Si observamos sus preferencias podremos disfrutar de su espectacular floración quizás hasta llegada la primavera.
Esta es probablemente la última flor que de esta temporada, y habrá que esperar la llegada de un nuevo invierno para que vuelva a llenar de belleza el entorno.
A veces en la vida se llega a un punto de inflexión y a partir de entonces, nada sigue igual.
Algo así me ha ocurrido al tener conocimiento sobre Elaine Aron y su libro "El don de la sensibilidad".
En él revela la existencia de personas altamente sensibles y mediante tests de autoevaluación nos permite saber si pertenecemos a dicho colectivo.
El libro, así como la información que he podido ir compilando a partir de su lectura da claves, pautas y herramientas para gestionar de manera positiva las emociones, sentimientos y relación con el mundo que rodea a las personas PAS.
Pero sobretodo nos permite adquirir autoconsciencia y conocimiento interior de lo que somos, cómo sacar el mayor potencial de ello y que lejos de ser una desventaja, la alta sensibilidad es un don.
Os recomiendo que leáis sobre ello por si os reconocéis dentro de este grupo o por si reconocéis en él personas que queréis. Os ayudará a enteros mejor, saber lo que sois y por qué sois así, o a comprender mejor a esos seres que estimáis.
Ojalá hubiera tenido conocimiento de ello tiempo antes, me hubiese ahorrado mucho sufrimiento y quizá me hubiera desarrollado mejor con mi entorno.
Lo que sí sé, es que a partir de ahora lo que me queda de vida no será igual.