Bardenas Reales, Navarra, agosto 2025
En silencio llegué a este punto de Las Bardenas Reales, (en próximas entradas hablaré más detalladamente de ellas), donde estaba esta chica grabando con su móvil la preciosa puesta de sol.
Cuando el sol acabó de ocultarse, ella, que me había visto llegar, se giró y me dijo: "Y mañana será un nuevo día".
Yo no esperaba que me hablara y sorprendido apenas pude balbucear un tímido "sí".
Seguidamente se dirigió a su coche y yo a mi moto, lo puso en marcha y con una afable sonrisa y moviendo la mano se despidió. Su coche arrancó y yo, mientras guardaba la cámara y me ponía el casco y los guantes, lo seguí con la mirada hasta que desapareció en la lejanía dejando un reguero de polvo tras de sí. Nunca más la vi ni supe de ella.
Los dos habíamos estado captando los últimos instantes de luz de aquel día, pero lo que ella no sabía es que aparecía en mi fotografía.
Y ahora pienso que quizás le hubiese gustado tener la foto como recuerdo de aquel día y que debí decírselo.
Ojalá el azar haga que esta publicación le llegue junto a mi agradecimiento por haberme ayudado con su presencia a captar una escena en mi opinión tan llena de belleza y poesía.
Ella tenía razón, mañana acontecerá un nuevo día y todo será posible de nuevo.
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