Los que me conocéis bien sabéis como me gusta el mar, de hecho buena parte de las imágenes que ilustran este blog están realizadas en su ámbito.
El mar me inspira, me hace sentir bien.
Pasear en su entorno, descansar la vista en el horizonte, percibir que puedo tocar el infinito acercando los dedos a la línea divisoria con el cielo, sentir la brisa sobre la piel.
Sumergirme en sus aguas.
Hacerlo es como entrar en otro mundo, las leyes que rigen tierra firme cambian y los sentidos alcanzan una experiencia sensorial y de consciencia diferente; el estado de ingravidez corporal, el efecto de la apnea en la mente, la distorsión visual de las formas, los extraños paisajes y sobretodo el silencio, ese silencio sobrecogedor que me abraza y otorga una paz absoluta.
El mar puede ser suave como una tierna caricia, pero también sé que puede ser devastador cuando muestra su cara menos amable. Lo he experimentado y sufrido en mis propias carnes, nunca hay que perderle el respeto. Pero incluso en esos días muestra belleza, salvaje e indómita.
La última vez fue cuando hacía éstas fotografías. Me considero conocedor del mar pero debo confesaros que en esa ocasión quizás arriesgué demasiado y en un fallo de cálculo una ola de grandes dimensiones que no supe adivinar me derribó arrastrándome contra las afiladas rocas del espigón. El resultado fue un gran remojón calado hasta los huesos y diversas contusiones y heridas por el cuerpo. Poco, muy poco faltó para que el mar se me llevara y de haberlo hecho difícilmente creo que ahora estaría escribiendo estas líneas, las condiciones eran extremas. Pero decidió que me quedara.
La última vez fue cuando hacía éstas fotografías. Me considero conocedor del mar pero debo confesaros que en esa ocasión quizás arriesgué demasiado y en un fallo de cálculo una ola de grandes dimensiones que no supe adivinar me derribó arrastrándome contra las afiladas rocas del espigón. El resultado fue un gran remojón calado hasta los huesos y diversas contusiones y heridas por el cuerpo. Poco, muy poco faltó para que el mar se me llevara y de haberlo hecho difícilmente creo que ahora estaría escribiendo estas líneas, las condiciones eran extremas. Pero decidió que me quedara.
Toda la vida he estado cerca del mar y a él vuelvo una y otra vez, es como si me llamara, siento la necesidad de estar junto a él.
Quizás todo sea porque de él venimos, porque nuestro cuerpo está hecho de agua y porque el agua es vida.
Y porque en el mar me encuentro a mi mismo.
P.D: Esta imagen la tomé el día uno de Enero. Es tradición en Barcelona ir a la playa y bañarse en tan señalada fecha. Son centenares las personas que acuden al primer baño del año. Me parece una práctica muy saludable y agradable, más teniendo en cuenta que este año la temperatura ambiental era de 17º y la del agua 16º.
Así que ya lo sabéis, si queréis empezar el año con decisión y haciendo salud nos vemos en Barcelona el próximo uno de Enero, jaja...
😀🌞🏊🌅🏊🌞😀
Tienes razón, la simple contemplación de las olas tiene un cierto efecto hipnótico y calmante. Alguna razón tiene que haber para que en muchas zonas de Galicia la mar sea palabra femenina, puede que rememorando su función de madre dadora de vida pero, cuidado cuando se enfada... Yo practico lo de bañarme en la mar a las 0:00 horas del día uno de enero, pero sólo cuando estoy en Perú; allí es verano, jaja.
ResponderEliminarUn abrazo,
Yo también comencé el año en la playa y creo que lo voy a hacer mi tradición, es el segundo año y me ha encantado. Te diré que a medida que avanzaba la mañana se iba petando de gente sobre todo extranjeros, eso también es verdad. O sea que somos muchos costeros los que nos apuntamos al bautizo de año nuevo.
ResponderEliminarMadre mía cómo estaba el mar el día que nos cuentas. Cuidadín, menos mal que fue un mal susto.
Besitos
Con lo calentita que se esta en la cama el 1 de Enero.... jajajaja :) un abrazo.
ResponderEliminarMi padre me enseñó desde bien pequeña que jamás tuviese miedo al mar, pero sí mucho respeto y que lo que el hombre le roba al mar, con el pasar del tiempo éste lo recupera.
ResponderEliminarCreo me resultaría difícil vivir lejos del mar, del olor a salitre, del paisaje de un mar embravecido, de la vida que transmite.
El mar es vida y mi deseo es cuando muera volver al mar.
Me alegro infinito que al final solo fuera un buen susto.
Las fotos bellas, tu vida, mucho más.
Un beso.
Recuerdo esas fotos pero no sabía lo que te había ocurrido, vaya susto.
ResponderEliminarMuy guapa esa foto Manel, me encanta ese momento de atravesar las olas, pero en verano...jeje
Un abrazo
El mar puede ser el mejor amigo y también un verdugo implacable.
ResponderEliminarHay que ser prudente ante su enorme poderío.
Hemos coincidido en el tema.
Bonita foto.
Saludos.
He visto las fotos y me han gustado tanto que casi te diría que valió la pena arriesgar algo para conseguirlas. Esta otra es más simpática, aunque los chapuzones en invierno os los dejo a los más intrépidos.
ResponderEliminarUn abrazo.
M'alegro molt que aquesta meravellosa imatge no tingés més consequències que un bon ensurt (amb remullada inclosa).
ResponderEliminarEl mar també em dona vida. Encara que no el vegi durant dies, sé que està allí i no es mourà, sens dubte, ens està esperant sempre.
Una forta abraçada Manel
El mar com a còmplice, marmessor de confidències. M'agrada com escolta i escoltar-lo.
ResponderEliminarEl mar com a quimera de qui, fugint de la barbàrie i amb la desesperació com a flaçada, veu en la seva immensitat un futur de llum i el travessa a les palpentes.
Qui del mar en fa un negoci venent cant de sirenes a qui encara conserva l'esperança.
El mar de contraband. El contaminat per la nostra desídia.
El mar com a patria de qui no entén la seva vida sense que les ones li bressolin els somnis.
El mar plàcid i l'enfurismat. En el qual xipollegem en temps d'oci i qui s'hi juga la vida escoltant crits de socors. La inspiració de poetes.
El simpàtic (i congelat-de velocitat ehh) que ens presentes, el que et fa saber que quan vol imposa la seva llei i també és capaç de concedir-te una treva i no endur-se el que no és seu perquè recordem la bellesa de la teva/seva força (vigilaaaaaa ehhhh aixxxxx gensanta! que un dia prendrà mal aquest noiet!)
El mar i tu quin bon binomi, tresor. Sempre regirant-nos, plegats, les emocions.
El vídeo és harmonia (també), rei.
Besets ben endins, Manelexop xop!!
El mar es vida. Ya sabes lo que me gusta el mar, así que te entiendo perfectamente.
ResponderEliminarCuidado con esas olas, ya sabes el poder y la fuerza que encierra.
Un beso repleto de olas.
Yo también me encuentro en el mar.
ResponderEliminarUfff te libraste por suerte...hay que tener cuidado,el mar puedes ser tan hermoso como tremendo.
Me gusta la música.
; )
Vale,el año que viene en bañador el día 1,jjajajajja
Besos.
La foto es genial. Seguro que le has hecho más de una a esa "sirenita".
ResponderEliminarComparto tu amor por el mar. He visto las maravillosas fotos de Ana.
Yo estoy acostumbrada a ese mar Bravo. En Argentina y Uruguay el mar es a veces muy peligroso. Yo aprendí a tenerle el respeto que bien se merece.
Saludos 🥂
Jajaja, bueno, alguna más sí que le hice... ;)
EliminarUn beso Karin, y muchas gracias.
Me alegra que lo puedas disfrutar tanto.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, hay que tener mucho respeto, he vivido algún susto con uno de mis hermanos.
ResponderEliminarRecordaba las fotos de Ana, pero no sabía lo que te había pasado. Ten cuidado, no te expongas tanto.
Aquí, lo hacen en la piscina no cubierta, lo de bañarse después de la sauna en enero y durante el invierno, yo en enero ni por asomo, hace más frío ...
Me gusta mucho el mar, el Cantábrico me encanta, es el que más conozco.
Seguro que te dejan muchas cosas los Reyes :)) porque eres bueno.
Feliz noche de Reyes y un beso, Manel.
Y la foto es preciosa, justo el instante, y el color ...
EliminarEl vídeo muy bonito.
Yo vivo al borde del mar y en cuanto la primavera empieza a calentar el ambiente no veo el momento de ir a nadar y a bucear. Y sin embargo, siento que el mar no es mi elemento, sé que en el mar estoy a su merced, que la seguridad siempre es falsa. Es cierto que la sensación de levedad que nos proporciona es maravillosa pero tal vez sea precisamente esta conciencia de nuestra fragilidad otro de sus atractivos.
ResponderEliminarLa foto, hermosa y precisa como un buen salto desde el trampolín.
Muchas gracias por vuestras palabras y tiempo :))
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Esa línea divisoria donde se besan mar y cielo... es una caricia del infinito.
ResponderEliminarTambién estuve frente al mar.
Saludos.
Buffff!!! Menudo susto, no me ha pasado nunca porque al mar le tengo un respeto enorme. Pero recuerdo una noche haciendo fotografía nocturna en solitario en Cala Xelida con una mar muy picada donde realmente el estado del mar me acojonó!!!. Un abrazo.
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