Bienvenidos al blog de fotografía Manel S.
En este espacio y a modo de diario personal comparto en forma de imágenes, textos y música aquello que vivo, aquello que siento, lo que me hace vivir y desvivir, lo que fue y cómo lo recuerdo para no olvidarlo.
Para cualquier comentario, sugerencia, duda o lo que sea, podéis escribirme a minimalabstract@gmail.com, encantado estaré de leeros.
De igual manera, si os reconocéis en una imagen y no lo deseáis, escribidme y lo solucionaremos :)
sábado, 23 de julio de 2011
Desde su jaula
La escena me hizo pensar que quizás aveces nuestro sentimiento de libertad no dista mucho de el de un pajarillo en su jaula...
Es cierto que presumimos de libertad y que sin embargo no dejamos de vivir dentro de los límites que nos son concedidos. No solo la arquitectura no pone freno, eso, después de todo no sería demasiado grave. Hay otras cosas que nos son limitadas y que no deberíamos permitir que nos las amputaran. Me encantó la imagen. Saludos
Inicialmente me ha llamado muy llamado muy positivamente la atención los tonos, preciosos. La composición en formato vertical y con tantos elementos me descolocó algo. No se si en un encuadre horizontal y centrándote en la ventana superior y todo lo que la rodea hubieses conseguido la sensación de ahogo que pretendías y desde luego has logrado. Un abrazo. Agustín.
Agustín, muchas gracias por tu comentario, mucho lo aprecio.
En este caso me interesó destacar, aparte de la sensación de cerramiento y ahogo, el aparente desorden arquitectónico, de ahí la inclusión de tantos detalles y en formato vertical, que creo que finalmente ayudan a enfatizar mi propósito.
Pero cualquier interpretación podría ser válida, así la vi y así la dejé.
Qué buena, Minimal. Una jaula delante de otra jaula. A veces, los urbanitas nos sentimos así y ese sentimiento no debe distar mucho del que deben sentir los pobres pájaros encarcelados. Genial Un saludo
Es cierto que presumimos de libertad y que sin embargo no dejamos de vivir dentro de los límites que nos son concedidos.
ResponderEliminarNo solo la arquitectura no pone freno, eso, después de todo no sería demasiado grave. Hay otras cosas que nos son limitadas y que no deberíamos permitir que nos las amputaran.
Me encantó la imagen.
Saludos
!!!
ResponderEliminarInicialmente me ha llamado muy llamado muy positivamente la atención los tonos, preciosos. La composición en formato vertical y con tantos elementos me descolocó algo. No se si en un encuadre horizontal y centrándote en la ventana superior y todo lo que la rodea hubieses conseguido la sensación de ahogo que pretendías y desde luego has logrado. Un abrazo.
ResponderEliminarAgustín.
Buena reflexión, mejor foto...vivimos encerrados en nuestras urbes.
ResponderEliminarSaludos.
Luis, muchísimas gracias por tu tiempo y comentario.
ResponderEliminarInteresante reflexión, y por mucho que nos quieran amputar hay algo con lo que nunca nadie podrá, y eso es nuestro pensamiento.
Un abrazo compañero.
Mayte: ; )
ResponderEliminarSaludos.
Agustín, muchas gracias por tu comentario, mucho lo aprecio.
ResponderEliminarEn este caso me interesó destacar, aparte de la sensación de cerramiento y ahogo, el aparente desorden arquitectónico, de ahí la inclusión de tantos detalles y en formato vertical, que creo que finalmente ayudan a enfatizar mi propósito.
Pero cualquier interpretación podría ser válida, así la vi y así la dejé.
Un saludo y mi agradecimiento
Carlospe, un placer verte también por aquí, celebro que te guste la imagen y espero que encuentres el blog de tu interés de vez en cuando.
ResponderEliminarGracias por tu tiempo y un abrazo, compañero.
Oscura y siniestra, pero que trasmite perfectamente la idea, acertadísima en composición, procesado y en título. Muy buena. Un abrazo...
ResponderEliminarralob0, celebro que la veas así.
ResponderEliminarUn saludo.
Impresionante, me encanta.
ResponderEliminarJaja, Ana, tus palabras me motivan.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Un abrazo.
Qué buena, Minimal. Una jaula delante de otra jaula. A veces, los urbanitas nos sentimos así y ese sentimiento no debe distar mucho del que deben sentir los pobres pájaros encarcelados.
ResponderEliminarGenial
Un saludo
Gracias David, un placer que la veas así, esa fue mi intención.
ResponderEliminarUn abrazo.