Tras dos semanas en el nido atendidos constantemente por su progenitores los polluelos han abandonado el nido.
Su instinto les llevó a dar el salto cuando tocaba.
Estos últimos días ya se les veía con mucha actividad y curiosidad por el mundo fuera del nido, ejercitaban sus alas y parecía que el nido ya se les estaba quedando pequeño.
Sus padres les seguirán proporcionando alimento unos días más pero deberán aprender a valerse por ellos mismos y emprender esta nueva etapa de la vida.
Y quizás con el tiempo lleguen a ser unos mirlos tan valerosos como sus padres, que los criaron con todo esfuerzo y dedicación con el fin que llevan en su genoma, la perpetuación de la especie.
Ha sido una experiencia única y un gran privilegio poder seguir y documentar la evolución de los mirlos en periodo de reproducción.
El conocimiento aportado de sus progresos y costumbres ha sido muy grande y la experiencia vivida muy valiosa y enriquecedora, con un retorno inmenso.
Es el libro de la vida.
Y estas son la últimas imágenes que les tomé antes de que abandonaran el nido, espero que el destino los trate bien y lleguen a ser unas hermosas y felices aves que endulcen la vida con su bello canto como hicieron sus generaciones anteriores.
.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.