Mientras el país bate funestos y siniestros récords en materia sanitaria y se precipita en caída libre al fondo del pozo de la ruina económica, en el Congreso Sus Señorías escenifican su vergonzoso teatrillo con el único fin de mantener sus poltronas, sueldos y privilegios cobijados bajo el régimen del 78.
Ante la crisis que estamos viviendo y ante su su incapacidad para gestionarla, ninguno se ha rebajado el sueldo, renunciado a sus privilegios o ni mucho menos dimitido.
No hay poceros suficientes para desatascar y limpiar tanta mierda.
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