Si por cada una de las más de 800.000 propuestas de sanción a la población civil durante estas últimas seis semanas se hubiese hecho un test de detección del virus o de anticuerpos se habrían salvado muchas vidas y ahora sabríamos más sobre el número real de víctimas y de infectados y sobre el alcance real de la pandemia. Es difícil luchar contra ella cuando no se sabe su verdadera dimensión.
Pero no, parece que para el Estado la receta que prevalece es la represión con amenazas y sanciones de más que dudoso alcance legal y recorrido jurídico, el recorte de libertades incluyendo, (sobretodo), el de libertad de expresión, la persecución, investigación e identificación a los que protestan por parte de las FCSE y que demasiadas veces se hacen virales por el uso abusivo de violencia, el control, la desinformación,el gasto en armamento militar en vez de priorizar la inversión en sanidad...
Y así vamos.
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Never le nkemise, Nada nos detendrá.
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