Hace poco más de un mes volvía después de unos meses de inactividad en el blog con la imagen de una hermosa mariposa "Cola de golondrina".
Aquella entrada la titulé "Metamorfosis" y en ella hablaba de los cambios que había experimentado mi vida y lo que había dejado en el camino.
Esta vez traigo una larva de aquella mariposa. Me gustan las mariposas por su belleza y su rítmico y silencioso vuelo, pero también por lo que simbolizan, que en la vida siempre todo se transforma.
Esta hermosa y pequeña larva pasará pronto a ser un crisálida, y tras ser crisálida se convertirá en una bella mariposa llena de vida, habiendo concluido su ciclo y con ello haciendo que la vida se perpetúe.
Quizá nuestra existencia sea un cúmulo de transformaciones a las que nos debemos de adaptar por los cambios que en ella se producen.
En su "Metamorfosis" Kafka escribía que "A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar".
Y ello se podrá interpretar de muchas maneras, pero para mi, aquí y ahora y como espectador impávido del desmoronamiento de mi vida significa que a veces hay que alcanzar el punto de tocar fondo para comenzar de nuevo, para continuar y seguir adelante.
En una nueva etapa, aprendiendo de los errores del pasado y con la mirada puesta en el futuro.
Y con el amor con nombre propio que me hace vivir.
Esa es mi esperanza, ese es mi deseo.
.
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Aquella entrada la titulé "Metamorfosis" y en ella hablaba de los cambios que había experimentado mi vida y lo que había dejado en el camino.
Esta vez traigo una larva de aquella mariposa. Me gustan las mariposas por su belleza y su rítmico y silencioso vuelo, pero también por lo que simbolizan, que en la vida siempre todo se transforma.
Esta hermosa y pequeña larva pasará pronto a ser un crisálida, y tras ser crisálida se convertirá en una bella mariposa llena de vida, habiendo concluido su ciclo y con ello haciendo que la vida se perpetúe.
Quizá nuestra existencia sea un cúmulo de transformaciones a las que nos debemos de adaptar por los cambios que en ella se producen.
En su "Metamorfosis" Kafka escribía que "A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar".
Y ello se podrá interpretar de muchas maneras, pero para mi, aquí y ahora y como espectador impávido del desmoronamiento de mi vida significa que a veces hay que alcanzar el punto de tocar fondo para comenzar de nuevo, para continuar y seguir adelante.
En una nueva etapa, aprendiendo de los errores del pasado y con la mirada puesta en el futuro.
Y con el amor con nombre propio que me hace vivir.
Esa es mi esperanza, ese es mi deseo.
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