viernes, 27 de noviembre de 2020

La Vacuna


Se habla mucho de la vacuna o posibles vacunas contra el SARS CoV-2 y más que se seguirá hablando.

Las farmacéuticas que anuncian su desarrollo se frotan las manos pensando en los beneficios millonarios que obtendrán mientras constatan que sus acciones suben el la bolsa.

Los políticos de turno sacan pecho asegurando campañas de vacunación inminentes para la población como si fuéramos ganado cuando ni tan siquiera se ha aprobado la comercialización de esas vacunas.

Y nosotros tan atónitos como confusos asistimos a esa carrera de noticias y promesas que no hacen más que generar dudas y desconfianza cuando no miedo.

Porque lo cierto es que por mucho que las farmacéuticas anuncien a los cuatro vientos la efectividad de sus vacunas no hay estudios científicos al margen de los suyos propios que lo avalen. Se está yendo a toda prisa por ser el primero en desarrollar una vacuna contra el virus y se necesita tiempo no solo para desarrollarla sino también para verificar su eficacia y valorar sus posibles efectos negativos.

Si el desarrollo de una vacuna tradicional conlleva muchos años de estudio y pruebas para certificar su eficacia, en las que ahora se están desarrollando no debería ser menos y más teniendo en cuenta que son de nueva tecnología y que es la primera vez que se comercializarán. No se conoce ni como podrían afectar incluso a nuestro propio genoma.

Es la comunidad científica la que debe validar la comercialización y distribución de las posibles vacunas y no las farmacéuticas y menos los políticos.

Se plantean muchas dudas, desde su eficacia y duración de la misma hasta sus posibles efectos secundarios en el tiempo. Por no hablar de los planes de vacunación obligatorios o la instauración de un pasarte inmunitario. 

No soy antivacunas ni conspiranoico, pero tampoco me tengo por un imbécil que se traga lo primero que sale de la boca de un CEO o de un político de turno, ellos trabajan por sus intereses.

Es necesario atajar el grave problema que ha generado la pandemia, pero no nos creemos falsas expectativas ni nos creamos lo primero que nos dicen.

Solo el conocimiento nos dará la llave y el conocimiento lleva su tiempo. 

Así que de momento y hasta que no sepamos más, las vacunas que se las pongan los políticos y los de las farmacéuticas y luego en todo caso hablamos.
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