domingo, 16 de agosto de 2020

Una linda, pero con carácter, mamá jabalí


Collserola es el nombre de la cadena montañosa que limita la ciudad de Barcelona por su parte norte.

Con una superficie de 11.000 hectáreas, está catalogada como parque natural conteniendo una rica variedad de especies animales y vegetales además de ser un importante pulmón para la ciudad y lugar de esparcimiento para los visitantes por su cantidad de recorridos y lugares de interés.

Su cima más alta es la del Tibidabo, con 512 metros de altitud y donde se halla el famoso parque de atracciones con el mismo nombre.

Pues bien, la cosa es que anoche estuve por Collserola haciendo fotos y al ir a la moto para volver a casa, vi a una jabalina con dos crías. Había dejado la moto justamente en la carretera de acceso al Tibidabo.

Serían sobre las doce de la noche y hasta ahí todo normal, ya que es muy frecuente ver jabalís por la zona. En numerosas ocasiones me he encontrado con ellos e incluso tocado con crías o sin ellas, están acostumbrados al ser humano y se acercan en busca de comida. Tampoco es extraño ver jabalís merodeando por el centro de la ciudad.

Así que claro, teniendo a la jabalina con sus crías tan cerca estaba cantado que iba a aprovechar la ocasión para hacerles unas fotos. Y así hice.

Pero se ve que anoche a la mamá jabalí no le sentó bien que le hiciera fotos y menos a sus crías sin pedirle permiso, vamos, que se cabreó.

Y tanto se cabreó que me atacó.

Yo ya veía que me miraba muy fijamente, pero pensé que estaría preguntándose si llevaba comida y le dejaba algo, confiado estaba.

Hasta que se abalanzó sobre mi con muy mal genio mordiendo mi pierna derecha a la altura del muslo, mordisco que a mi me pareció eterno hasta que soltó la pierna.

Y sí, hace bastante daño, pero bueno, la cosa no fue a más así que me subí en la moto y sin decirle ni buenas noches, me volví a casa.

Ya lo decía mi madre que no me fiara de los animales salvajes y menos si tienen crías, pero uno es como es y por conseguir una foto a veces asume un riesgo que puede salir caro, igual que me pasó cuando me rompí la pierna de mala manera o en otras ocasiones que no quiero ni recordar.

Siempre se aprende algo de las experiencias, quien no arriesga nunca gana y los malos ratos que he pasado han valido la pena por todos los buenos momentos que la vida me ha regalado.

Eso sí, por unos días no creo que tenga ganas de hacer fotos a jabalís... 😂😂😂




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