El bosque de Òrrius, a unos 40km al norte de Barcelona, aparte de por su belleza paisajística natural y por su alto valor de interés arqueológico ya que en él se hallan un buen número de imponentes construcciones megalíticas de 3.000 años de antigüedad, es un lugar muy especial plagado de misterios, leyendas, mitos y magia.
Y uno de esos misterios es que no se sabe exactamente cuándo ni quien, a mediados del siglo XX alguien realizó una serie de esculturas labradas sobre las rocas existentes en dicho bosque.
Estas esculturas evocan a un Moai de la Isla de Pascua, un gran elefante y la cabeza de un indio mesoamericano.
Nadie sabe, como decía, quien lo hizo ni con qué motivación, inspiración o intención, pero ahí sigue su obra alimentando al bosque de Òrrius su carácter mágico-misterioso.
Si tenéis ocasión visitadlo, realmente impresiona por lo inusual, surrealista y onírico, casi como si fuera fruto de una alucinación o ensoñación.
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