Culto al Sol

Originario de Norte y Centroamérica, el girasol fue la representación de la deidad solar para diversas culturas amerindias y a él se le rendía culto.

A principios del siglo XVI los españoles lo trajeron a Europa y desde allí se extendió rápidamente a todo el mundo.

Su fruto se utiliza como alimento además para la producción de aceite. También se utiliza el girasol como alimento para el ganado, elaboración de papel o para la producción de biodiésel.

Es común creer que los girasoles siguen la trayectoria que dibuja el sol. Pero en realidad esa portentosa facultad heliotrópica la presentan sólo las flores jóvenes. Cuando la flor adquiere la condición de madurez deja de seguir al sol y se orienta hacia el Este, lo que le proporciona un mayor calentamiento en las mañanas y como consecuencia mayor visitas de insectos polinizadores, fascinante.

Como igual de fascinante es el modelo de distribución que presentan los flósculos y las semillas en el disco de la flor, un patrón matemático como una forma de espiral de Fermat que le da una alta eficiencia a la planta.

De flor divina a representación de patrones matemáticos en la naturaleza pasando por ser inspiración de grandes artistas, el girasol es una planta maravillosa.

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