viernes, 9 de junio de 2023

A vueltas con los Mirlos

 Tras sacar adelante con éxito la primera prole, la pareja de mirlos se prepararon para una segunda puesta.

Para ello eligieron elaborar un nuevo nido en el jardín de casa a pocos metros del que habían construido y a una altura superior.

Parecía que todo iba bien, los padres iban y venían aportando alimento al nido.

Pero ayer por la mañana encontré en el suelo del jardín el polluelo que estaban criando en esta segunda puesta, había caído del nido.

Como todavía es demasiado pequeño e inmaduro y como no podía acceder al nido de donde cayó por estar a una altura considerable, decidí dejarlo en el primer nido esperando que los padres siguieran atendiéndolo.


Y así fue, los padres lo encontraron enseguida y siguieron haciéndose cargo de él.


La madre adecentó el nido y pasa tiempo con el polluelo velándolo y dándole calor.


El padre sigue aportando alimento para el desarrollo del pollo, básicamente todo tipo de insectos, larvas, gusanos, lombrices y demás.




Pero me sorprendió cuando en una ocasión le trajo una... ¡¡¡galleta!!!, lo cual es indicativo de que también aprovechan comida elaborada que pueden encontrar, y al tratarse de un ámbito urbano ocasiones de encontrar residuos de comida hay muchas.


Sea como sea el polluelo ya está a salvo en este nido, me dolía dejarlo donde cayó ya que las posibilidades de sobrevivir eran entre pocas y ninguna al ser tan pequeño, y no solamente por la posibilidad de ser depredado sino también porque quedaba a expensas de los rigores climáticos, en el nido está más protegido.

Y sobretodo me dolía pensar que por omisión el polluelo pudiera perder la vida, a veces un pequeño gesto puede salvar una vida y no pude dejar de hacerlo.

Ahora espero que se desarrolle plenamente y complete su ciclo con la ayuda, entrega y el amor incondicional de sus padres.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.