Antonio

 Me crucé con Antonio en La Rambla de Barcelona una tranquila noche de hace unos días.

Estaba muy alegre y al ver que llevaba una cámara me pidió que le hiciera una foto.

Accedí de buen agrado y mientras le tomaba algunas fotos le pregunté a qué se debía tanta alegría.

Me dijo que ese mismo día había cobrado una ayuda de la Generalitat para personas en riesgo de exclusión, que llevaba seis meses esperando esa ayuda y que lo había pasado muy mal. Era sin duda un buen motivo de celebración.

Pero al poco rato el silencio se apoderó de él y empezó a llorar desconsoladamente.

Procuré tranquilizarlo diciéndole que era un día para festejar, que la espera había pasado y que por fin tenía la ayuda que tanto necesitaba.

Me dijo que sí, que todo eso era cierto, pero que no lloraba por él, sino por todas aquellas personas que necesitan ayuda y que quizás nunca la recibirán. Son muchos los que lo están pasando dramáticamente mal.

Eres un buen hombre, Antonio, quizá no tengas mucho dinero pero como persona eres infinitamente más rico que muchos con muchas posesiones, porque tienes un tesoro en tu interior que ellos nunca tendrán y que no se puede pagar con dinero.

 Ojalá la vida no te siga girando la cara, te deseo lo mejor.

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