Andaba yo por un precioso bosque cuando me vi sorprendido al descubrir un pequeño y sencillo Belén que alguien había construido en una recóndita hendidura entre rocas.
Y me pareció tan bonito el resultado por su ubicación en plena naturaleza y tan fascinante su simbolismo que aquí lo dejo en esta Noche de Reyes como alegoría de que a veces lo más improbable se torna realidad, todo un regalo para el observador.
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