Los zigópteros son unos preciosos y vistosos artrópodos conocidos popularmente como "Caballitos del diablo" que se parecen a las libélulas ya que están emparentados con ellas, (pertenecen al mismo orden), pero presentan algunas diferencias.
Entre éstas, suelen ser más pequeños, menos robustos y más estilizados, tienen los ojos muy separados, no son tan hábiles en vuelo, realizan vuelos cortos y se alimentan de larvas y pequeños insectos que están posados y a diferencia de las libélulas los caballitos del diablo en reposo pueden plegar sus alas a lo largo de su cuerpo.
Viven y se reproducen en hábitats de agua dulce.
El origen de su nombre popular es incierto, podría estar relacionado con leyendas y mitos ancestrales. Una de estas leyendas, cántabra, cuenta que aparecen volando entre llamas y humo para destrozar campos y así evitar que los hombres encuentren tréboles de cuatro hojas que les otorgarían las cuatro gracias de vida, una por hoja: vivir 100 años, no sufrir ningún dolor, no pasar hambre y soportar cualquier contrariedad con entereza También cuentan que cuando aparecen, todo el ambiente se impregna de un fuerte olor a azufre.
Otra leyenda cuenta que eran los caballos que utilizaban las brujas para volar a sus aquelarres.
En la cultura oriental adquieren un valor místico y trascendental y muy relacionado con su iconografía y los valores samurái.
Para el pueblo Navajo y otras culturas mesoamericanas simboliza la pureza del agua.
En Rumanía se dice que son caballos poseídos por el diablo. En los países escandinavos los caballitos del diablo son los encargados de pesar las almas de las personas...
No es de extrañar que su particular diseño y belleza haya dado lugar a tanto.
Presentan una gama de colores muy variada y espectacular, metálica e iridiscente, cambiante según la calidad, dirección e incidencia de la luz.
En las imágenes, ejemplares de Chacolestes virides durante la cópula.
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