A veces las cosas se ponen feas y es ahí donde el fotógrafo ha de dar la talla y demostrar que pese a las adversidades y dificultades no da un paso atrás.
Tal es el caso de ésta imagen, así quedó mi cámara y yo mismo en un desahucio con intervención policial.
Se produjeron protestas por el desahucio y los manifestantes lanzaron pintura, huevos, polvo, botellas, latas y demás a la policía, que tuvo que cargar contra los manifestantes para que depusieran su actitud.
Y el fotógrafo en primera línea, documentando los hechos entre el fuego cruzado.
Se asume el riesgo y las consecuencias.
Quizás el peligro no vale una fotografía.
Pero cuando la fotografía es tu vida el peligro es tener miedo a vivirla.
.
.
.
P.D: Mi agradecimiento a mi buen amigo Pau D.C. por haberme tomado esta imagen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.